Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del organismo por digerir el azúcar presente de la leche y sus derivados, los cuales están compuestos de galactosa y glucosa. Se estima que un 60-70% de la población mundial mayor de edad es intolerante a la lactosa.

Cómo reconocer la intolerancia a la lactosa

Si eres de las personas que luego de disfrutar un yogurt, un queso o simplemente un vaso de leche ya sientes una alteración no deseada en tu organismo, podrías ser una persona con intolerancia a la lactosa. Es una enfermedad muy común en nuestra sociedad, sin embargo para quien la padece no debe alarmarse por ello. No es considerado un problema grave para la salud, sin embargo sus síntomas pueden llegar a ser muy molestos.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?

Aparato digestivo

Si cada vez que ingieres leche o productos lácteos y tu sistema digestivo se revela y te envía señales específicas como dolor abdominal, hinchazón y flatulencias es muy probable que sufras de intolerancia a la leche. Esto también se puede deber a una alergia por las proteínas de la leche.

Diferencia entre alergia e intolerancia a la lactosa

La intolerancia es estimulada por la ausencia total o parcial de una enzima, la lactosa, que tiene la tarea de digerir el azúcar de la leche. En la intolerancia no hay implicaciones del sistema inmune, sino que participa en el caso de reacciones alérgicas a las proteínas de la leche. Por ello puede aparecer en personas alérgicas, de reacciones gastrointestinales similares a las de los intolerantes. Sin embargo una reacción alérgica surge más rápido en el cuerpo que los síntomas por intolerancia.

Tipos de intolerancia a la lactosa

Intolerancia genética o primaria a la lactosa

Es el tipo de intolerancia más común, ocurre generalmente dentro de los dos primeros años de vida debido a una reducción progresiva de la lactosa en el intestino del bebé, luego de terminada la ingesta de la leche materna. En este caso el bebé nace con una excelente capacidad para digerir la leche materna. Después del destete, la introducción de la leche de vaca y la reducción progresiva de la leche materna, puede presentarse la intolerancia a la lactosa en el niño. Este problema puede llegar a durar toda la vida.

Intolerancia secundaria o adquirida

En este caso el problema surge como una complicación o consecuencia de otra condición patológica. Por lo general debido a la incapacidad del intestino delgado para producir la enzima lactosa generado por una enfermedad inflamatoria intestinal.

Intolerancia congénita a la lactosa

Esta condición a la intolerancia a la lactosa es menos frecuente y ocurre cuando la falta de enzima lactosa es heredada por ambos padres. El niño nace incapaz de digerir la leche materna, algunas veces es debido a la prematuridad del bebé.

Leches vegetales como alternativa a la lactosa

Lamentablemente no existe una manera de aumentar la producción de lactosa en el organismo, pero se pueden disminuir las molestias evitando consumir grandes porciones de leche y de otros productos lácteos. También como alternativa se puede beber leche vegetal, muy usada en las dietas veganas. Ejemplos como la leche de avena, leche de soja, leche de almendra y muchas otras. Gracias a ser un producto vegetal, no tiene lactosa y ayuda a la digestión. Una de las marcas más reconocidas dentro de las leches vegetales es Alpro.
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